Rosa de hierro
- José Augusto Acevedo
- 3 ago
- 1 Min. de lectura

Una rosa infinita
Sin sol y en destierro
Florece solita,
En veranos quemantes
De hojas caídas
Que se quedaron sin viento.
Una rosa infinita
Esculpida a golpes
Arrebatos y miedos.
Una rosa infinita
Fundida de hierro
Modelada en la gracia
De asombros eternos.
Se imagina se imprime
En la piel de la luna
Y la miran brillante
Desde cuartos menguantes
Los perros auyantes
Heridos sin cura.
Una rosa infinita
Sobrevive sequías,
ausencias, soledades,
esos truncos amores,
los terribles danzantes
los furtivos esquivos
de rupturas y olvidos
de los besos cortantes.
Una rosa infinita
sin sol y en destierro
es capaz de vivirse
una vida de hierro.
Una rosa infinita,
una rosa de hierro.
Comentarios